RESISTENCIA: septiembre 2013

Realizamos una investigación dentro del Ministerio de Inseguridad de Mendoza y nos encontramos con algunos detalles importantes de la campaña peronista que sigue la Corriente y que no se sabe donde va.

Mientras caminábamos por los pasillos aireados del Ministerio empezamos a sentir algo de misterio, un olor nauseabundo proveniente de algunos baños de damas tapados de meca; en realidad fueron unas cien personas las que fueron trasladadas ante la contingencia de seguridad meses atrás , y no hay quien destape las cloacas.

Nuestro polémico equipo se pregunta:

-¿Por qué llegar a tener que trasladar a cien efectivos policiales a la calle de golpe y porrazo, antes de las PASO?

Nos dijeron -Porque la policía está conducida por especuladores políticos.

Inmediatamente nos dimos cuenta que el equipo de Arandela tenía que reorientar su estrategia en seguridad, pero ¿por qué no organizó esta movida política al principio de su mandato?

Nos dijeron -Porque debía especular en un principio mostrando una imagen agradable y conciliadora entre el poder político y los uniformados.

Seguramente Usted y yo nos hacemos muchas preguntas más. Realmente el equipo de Seguridad de Mendoza está comandado por “CURLY”. Una joda, todo risa política, improvisación, movidas ajustes de cuenta policiales, persecuciones innecesarias que terminan generando “Monjitos Negros por doquier”, dejando mal a los compañeros peronistas que representan al Partido en toda Mendoza.

Ahora los Jefes policiales son Peronistas, ¿NO SE DIERON CUENTA?.

Pero esta transformación responde a la necesidad de seguir con la carrera policial y poder terminarla con un sueldo modesto, aunque los mismos ronden en la miseria social, es decir al mismo nivel de cualquier laburante mendocino.

Volviendo al tema, Arandela tenía que “quedar bien” con la militancia peronista de algunos barrios conocidos de Godoy Cruz, Las Heras y Guaymallén, entonces incorporó algunos compañeros o punteros para que poco a poco nuestro Ministerio de Seguridad se transforme en la torta de chocolate proselitista.

Pero eso no es el tema principal de nuestro escrito, en realidad aprovechamos esta oportunidad para contarles que cuando estábamos en el primer piso del Ministerio de Inseguridad, justo detrás de un armario que cumple las funciones de pared de madera, dentro de Recursos Humanos, escuchamos varias conversaciones de empleados que hablaban de Arandela y Caramelo Santo.

Pensamos que eran puros cuentos, pero en realidad este juego no llega a Octubre sin algunos sacrificios humanos. A buen entendedor pocas palabras.

En un rincón se encontraban un grupo de Comisarios y Subcomisarios charloteando entre ellos y percibimos malestar y ansiedad. Un olor profundo de misterio, especulaciones sobre ascensos y traslados, algunos a punto de jubilarse, otros derrotados por tanto trabajo y presiones diarias, otros en silencio total pensantes con ganas de putear a algún político, pero sin poder concretarlo por razones obviar. Entonces nos dimos cuenta de algo muy importante se les escapó de las manos a este par de pájaros de la seguridad, precisamente de ello vamos a hablar.

Muchos de los políticos mendocinos, a través del tiempo, utilizaron a la fuerza policial como trampolín político. Entre ellos podemos mencionar a Carlos Ciurca que saltó rapidamente a Vicegobernador de la Provincia; otro caso fue Alfredo Cornejo que ascendió al rango de Intendente de Godoy Cruz; otro fue Alejandro Cazabán que luego de transformar a la Policía en una quimera se catapultó como Secretario Privado de Celso Jaquer; ni hablar de los cargos intermedios que se van reasignando en otros Ministerios y que pasan totalmente desapercibidos. Pero la cuestión es representar en pocas palabras que el Ministerio de Seguridad es un hospital lleno de enfermos y la cura es enviarlos con tratamiento pago a otros Ministerios en pago de los favores otorgados y recibidos.

No así pasa con los Jefes policiales que solamente “los arriman al fogón” con un suelditos de convocados. Toda una generación o degeneración de Oficiales Jefes y Superiores tan deteriorados que se venden antes de su retiro. ¡Qué denigrante! , ¿ trabajar toda una vida sirviendo a la sociedad y llegar a viejo para esperar un llamado de un político que me ofrezca un puestito miserable dentro del Ministerio de Inseguridad?

Esta es la realidad de Mendoza y de sus policías. Vergonzosa.

Veamos un ejemplo del poder que tienen los policías en Mendoza y que sin necesidad de agremiarse pueden utilizar:

Supongamos que a fin de año decidieran retirarse solo un quince por ciento de los policías que está en condiciones, legalmente hablando, que ya tengan cumplido 20 años de servicio en el caso de los Oficiales y 17 años en el caso de los Suboficiales y Agentes, ¿qué pasaría con la seguridad de Mendoza?

Seguramente el mismo Gobernador de la Provincia emitiría un Decreto que por razones valederas ningún policía podría hacer uso de la Ley de Retiros hasta que pase la avalancha. Pero esto sería el fin de los peronchos.

-¡ Arandela !, me inspira en estos momentos decirte que estas especulaciones siempre han existido y dependen de los beneficios que otorgues al personal policial para su permanencia en los grados policiales y destinos.

El poder político puede alterar ciertas leyes pero lo que nunca va a poder alterar es el pensamiento humano ni las voluntades. La Policía también es soberana junto al pueblo en sus decisiones.

En realidad la tropa policial al no tener un gremio cree estar desestabilizada, pero no es así. Todo lo contrario está totalmente convencida de la realidad presente y puede ejercer sus derechos a través de las vías administrativas existentes.

Nos preguntamos muy seriamente - ¿quién se va a hacer cargo del Ministerio de Inseguridad luego de Octubre?

La continuidad de un equipo de trabajo integrado por Policías políticos en todas las dependencias del Gran Mendoza nos inspira a realizar una serie de especulaciones necesarias para la integridad policial.

¿Qué necesitan los uniformados?

Necesitan un acuerdo político formal. Un intercambio de figuritas urgente. Que la estabilidad policial no signifique solamente pertenecer a un color político porque surgen los intereses, especulaciones y la miseria policial.

Trabajo y más trabajo, pero con garantías.

Que se terminen los caudillos políticos que se ponen la boina creyendo que los uniformados son ignorantes. Digno ejemplo son las acciones políticas ejecutadas por políticos de poca monta (4° categoría) que subidos en un pedestal imaginario transitan las calles de los departamentos de Godoy Cruz, Capital, Las heras y Guaymallén, utilizando a la fuerza policial como trampolín para nuevos cargos.

Estos ejemplos ni vale mencionarlos, solo ilustrarlos en pancartas, porque dejan al partido peronista como una quimera de arrogantes y especuladores kichneristas.

Tan bajo han caído que no se identifican ni con La Cámpora, ni con Kolina, ni con Militancia Social, etc.., se traicionan entre ellos.

Sabemos bien que nuestros Jefes policiales son peronistas y no se esconden ni de las cámaras fotográficas, ni de la oposición radical.

¿Entonces porque la comunidad policial no puede desenmascarar a sus políticos?

Señores policías es necesario un cambio de pensamiento que permita admitir esta realidad política. ¿Podemos elegir a nuestro Ministro de Seguridad? ¿podemos elegir a nuestro Subsecretario de Seguridad? ¿podemos sugerir nuestros Jefes Superiores? ; hasta la fecha la respuesta es negativa, pero existen mecanismos de contralor para evitar que esta avalancha de incrédulos continúe elegantemente posicionando personajes que dejan a la Policía desgastada y sin aliento.

Solo esperamos que a fin de año la fuerza policial se encuentre más consolidada. Para ello el equipo Ministerial deberá hacer un “mea culpa” y sacrificar a varios compañeros peronistas que se apartaron de los intereses de los uniformados.

De lejos se ven las peleas y de cerca el olor nauseabundo.

Se vienen tiempos policiales agitados.

Monje Monjete Negro y nuestro corresponsal Manuel Belgrano

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